Hoy os voy a contar el cuento de una gran persona, un abuelo. Se desvivia por su mujer, hijos, nietos y toda su familia en general. Su mayor ilusión era estar rodeado de cariño y hacer feliz a la gente, costara lo que costara. Un abuelo que desde muy joven tuvo que luchar por lo que era justo. Un abuelo al que todo el barrio conocia y no solo el barrio, toda España. Se hizo"famoso" por hacer felices a niños y mayores con sus anécdotas y sus cuentos. Sin ningun ánimo de lucro quiso hacer llegar sus historias a todo el mundo para enseñar y entretener a traves de ellas. Ha sido querido por todos, y dificilmente se le olvida.
Pero todo cuento tiene un final y hoy día 27/03/2020 el cuento de este abuelo, El Abuelito Valentín, ha terminado; no sin antes conseguir lo que el tanto anhelaba...
Cuando me falte la vida, que me quede la pabraba.
Los cuentos del abuelito Valentín
En este blog podreis encontrar cuentos para los niños y no tan niños. Todos ellos salidos de la cabeza de un hombre de más de 83 años, escritos con el cariño y la ilusión del abuelito Valentín, que ha cumplido su deseo de publicar sus textos en internet y ha publicado un libro con parte de estos cuentos. Con esto se hace realidad su sueño de que cuando le falte la vida le quede la palabra.
viernes, 27 de marzo de 2020
jueves, 26 de marzo de 2020
¿EL CIELO ESTA DESCANSANDO?
¿EL CIELO ESTÁ DESCANSANDO?
Los últimos meses los Santos han tenido tanta
actividad que pasadas estas ajetreadas Fiestas Navideñas quieren un poquito
descansar. Pero el timbre de la puerta sonó con tanta insistencia que San Pedro
como Portero Celestial fue a abrir la puerta. Una pareja de niños le pedían
hablar con San Valentín. Entró y le dijo a su compañero: Valentín ahí fuera hay
dos niños que insisten en hablar contigo. Se han sentado en el suelo y dicen
que o te ven o no se van, y así yo no puedo cerrar la puerta. San Valentín
salió y les preguntó: ¿Para que tanta prisa en verme?. Y los niños dijeron:
Estamos enamorados y queremos tu bendición que nos asegure el no separarnos
nunca ni un minuto en nuestra vida. Cuando se lo contó a sus compañeros los
otros Santos… ¡Valentín estaba rebosando de alegría!.
Era la primera vez en muchos siglos que una
parejita de niños se habían esforzado por estar ya enamorados en tener su
bendición.
Y como así pasó, ahora se lo está contando a sus
queridos niños y mayores…
El abuelito “San”Valentín.
UN CASO EXTRAÑO
UN CASO EXTRAÑO
En el mercado del barrio los que no los
conocían comentaban extrañados cuando al pescadero se le cayó una sardina al
suelo, y antes que nadie la tirase al cubo de la basura la cogía
Sultán un perro grandote y la apartaba
de allí. Todos decían: Que raro los perros no comen pescado crudo. Sultán no la
quería para él, se la guardaba a su amigo Micifuz un gato al que desde
pequeñito cuida y defiende como un hermano mayor. Cientos de veces han sido
fotografiados: Dos razas consideradas enemigas
conviviendo en armonía y amistad y protegiendo el fuerte al débil. El gatito
siempre duerme entre las patas del perro.. Solamente ahí se siente seguro y
protegido. ¿Cundirá pronto el ejemplo entre los seres humanos?. Tendríamos que
ser tan nobles y sinceros como lo son ya ahora Sultán y Micifuz. Y como así
ocurrió, ahora se lo está contando a sus queridos niños y mayores…
El abuelito Valentín.
EL EQUIPO DE LA TUERTA
EL EQUIPO DE LA TUERTA
Sucedió en aquel
colegio. Una niña en un accidente siendo pequeñita había perdido un ojo, y los
niños en su infantil “crueldad “no la llamaban por su nombre le decían la
tuerta. Para jugar en el recreo si se formaban dos equipos elegidos por los
“capitanes” echando a pies para formarlos la última en ser
elegida era la tuerta, y muchas veces se
quedaba sin jugar. Pero un día cambió todo: Un chispazo en un enchufe provocó
un incendio en el Aula y un perrito llamado Rodolfo, mascota de la maestra,
había quedado en un rincón aullando al ver peligrar su vida .Nadie se atrevía a
entrar para ayudarle. Pero entonces la tuerta rápida como un rayo entró y sacó
a Rodolfo. Pero a costa del pelo chamuscado y pequeñas quemaduras en brazos y
piernas. Tuvo que arriesgar su vida demostrando un valor y coraje superior a
los demás. Ahora todos quieren jugar en el equipo de la tuerta.¡¡. Eso es
porque desde que entra en el colegio Rodolfo no se separa ni un instante de su
amiguita la cual se siente muy feliz con el cariño de sus compañeros..¡y con
los lametones de Rodolfo que hacen que siempre lleve la cara mojada!. Y como
así pasó, ahora se lo cuenta a sus queridos niños y mayores…
El abuelito Valentín.
miércoles, 3 de abril de 2019
LA ARDILLA Y EL PINTOR
LA ARDILLA Y EL PINTOR
Un día, al lado de una casa que un grupo de pintores
estaban restaurando, cortaron un árbol donde vivían un grupo de ardillas. Al
caer el árbol una se hizo daño en una patita y no pudo escapar. Cuando ya se
consideraba perdida, uno de aquellos pintores la cogió y arreglo su patita.
Luego, en una caja grande se la llevó a su casa. Allí vio que unas niñas y un
niño jugaban con ella y le daban cosas para comer.Decidieron dejarla viviendo
allí con ellos. Un día tomando el sol en una ventana abierta, vio al niño
jugando con sus amigos en el pequeño jardín y pensó bajar a jugar con ellos,
pero lo impedían la puerta y la escalera. Entonces vio que en la fachada había
unos hierros y unas cuerdas que llamaban tendederos, y para ella era facilísimo
subir y bajar por allí. A partir de ese día fue uno más de la pandilla jugando
en el jardín. Otro día las niñas hicieron algo que le encantó: La bañaron y le
secaron el pelo con un aparato que hacía mucho ruido, daba un aire calentito
que le recordaba el verano en el bosque antes de vivir allí. Pero lo que le
hizo muy feliz fue cuando el niño sacó de un armario un bote, y mojándose los
dedos con contenido, se lo daba a comer a ella...¡¡Era un bote de leche
condensada!!. Ni los mejores frutos del bosque se le podían igualar. Esta es la
historia de una pequeña ardilla, que vivió muy feliz con la familia de aquel
pintor al que todos añoramos y que se llamaba Gaspar.
Y como así ocurrió, ahora se lo está contando con gran cariño a todos…
El abuelito Valentín
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