EL ABUELO,Y LA
ESCUDILLA

Al día
siguiente, el niño vio a su padre con un trozo de madera haciendo una escudilla
y le preguntó: - ¿para qué haces eso? - El padre respondió: - Para que coma
el abuelo en ella, y no rompa más platos. - El niño respondió: - La madera
cambiará el sabor de la comida, y no le gustará. - El padre dijo: -El abuelo ya
tiene el sabor atrofiado, y no lo notará, no podemos consentir que siga
rompiendo platos.
Pasó mucho
tiempo: Y un día cortaron un árbol y él niño le pidió a su padre un pequeño
trozo del tronco. El padre le preguntó: - ¿Piensas hacerte un juguete? - El
niño entonces dijo: - No, es para hacer una escudilla para que cuando seas
viejo, no me rompas los platos.
La
conciencia de un niño, ¡acababa de impartir a su padre una lección magistral,
de vergüenza, cariño y humanidad. Así opina…
Un abuelo afortunado.