En este blog podreis encontrar cuentos para los niños y no tan niños.
Todos ellos salidos de la cabeza de un hombre de más de 83 años, escritos con el cariño y la ilusión del abuelito Valentín, que ha cumplido su deseo de publicar sus textos en internet y ha publicado un libro con parte de estos cuentos.
Con esto se hace realidad su sueño de que cuando le falte la vida le quede la palabra.
En la gran ciudad, un caluroso día
de verano un pollito de vencejo intentó hacer su primer vuelo. Se asomó al
borde del nido y saltó como si fuera un trampolín. Pero el salto no fue como él
esperaba, pues sus alas todavía no estaban preparadas para soportar su peso y
acabó cayendo al suelo y dándose un tremendo planchazo. Por suerte para él,
pasaba por allí un niño que vio al indefenso vencejito allí en el suelo y se lo
llevo a su casa. Cuando sus padres lo vieron con aquel pajarito se sintieron
orgullosos de que su hijo tuviera ese cariño por los animales, de modo que
aceptaron que se lo quedase para sacarlo adelante y que en su siguiente salto
sus alas tuvieran la fuerza necesaria para mantenerlo en el aire. Lo llamaron
Benson. La familia entera ayudaba en darle las tomas de comida, ya sea por la
mañana, la tarde o la noche, y así, poco a poco el pollito cada vez se parecía
más a un pájaro fuerte y grande. Cada vez que abría las alas para estirarlas,
el niño decía: - ¡¡¡ Que alas!!!, ¡¡¡ parece un ángel !!!. Al cabo de un mes con la familia, Benson
empezó a dar los primeros saltos para volar y ahora... sus grandes alas sí que
eran capaces de mantenerlo en el aire. Él estaba feliz, pues veía que era
fuerte y sano como para emprender su propio camino en la vida. Sabía que estaba
preparado para dar el salto de nuevo, asique no se lo pensó... con unos
piidos dio las gracias a esa familia que lo había acogido y sobre todo al niño
que lo recogió del suelo salvándole la vida y emprendió el vuelo por la
ventana, alejándose de allí para juntarse con otra nueva familia, esta vez más
parecida a él.
Inspirado en una historia real... Y
como así ocurrió, se lo cuenta a niños y mayores el nieto de El Abuelito
Valentín.