LA TRAVESURA DE VICENTÓN
Soñó que el pueblo estaba nevado, y en el camino por donde
se podía pasar…¡estaba Vicentón, convertido en un Gigante!..y con un enorme
tirachinas les tiraba piedras a los camellos de los Reyes Magos, no dejándoles
entrar en el pueblo a repartir los juguetes a los niños, y niñas. Cuando por la
mañana, la abuelita despertó, ¡aun sentía la angustia de aquella terrible
pesadilla!.Pero, al abrir su ventana…vio con alegría a los niños, y niñas,
jugando con los regalos de los Reyes Magos. Vicentón, le daba patadas a un
balón, lanzándolo contra la pared. La abuelita, salió de su casa para disfrutar
de la alegría de los niños, y niñas. Entonces al verla, Vicentón hizo algo
sorprendente. Entro en su casa, y al momento salió con un paquetito en las
manos, y se lo entregó a la abuelita Andrea, pidiéndole perdón por lo que había
hecho con la cabra. ¿Sabéis como había conseguido esa noche el paquetito?...Rompió
su hucha, y junto a sus pequeños ahorros, dejó una nota a los Reyes Magos,
pidiéndoles que aceptasen aquellas pocas monedas, a cambio de una cajita de
bombones para la abuelita Andrea, por haberla dejado esa noche sin su vaso de
leche preferida.
Cuando le entregó la cajita a la abuelita Andrea. ¡¡El
larguísimo abrazo que le dio a Vicentón!! Lo consideró él como el mejor regalo
de Reyes que había tenido en su vida.
Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños,
y niñas..
El abuelito Valentín.
Y colorín, colorado, este cuento ¿Os ha gustado?.
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