COLMILLO AFILADO

Se reunían
para tratar sus problemas en la azotea de un viejo edificio abandonado, que
antes había sido el Colegio del pueblo.
Unos nuevos
vecinos, que habían ido allí a pasar el verano, habían llevado una preciosa
gatita rubia a la que llamaban Jazmín. Todos los gatos la querían como novia.
Pero, Colmillo Afilado les dijo: ¡Al que se acerque a ella, lo dejo sin rabo!.
Pronto quedaron
citados en la azotea y el gato estaba preocupado--- ¿Qué le podía ofrecer a una
gatita tan distinguida? ---. Pronto encontró la solución. La ventana abierta de
la cocina de la abuelita Andrea y una fuente en la mesa con unas maravillosas
sardinas, eran el mejor bocado que le podía ofrecer. Rápido como un rayo, entró
y cogió la mejor…Pero un escobazo de la abuelita casi le hace soltar su sabroso
manjar.
Jazmín, acostumbrada
a otra clase de comida, nunca había probado algo tan exquisito, y le prometió
ser su novia de verano.
Así fue,
como quitándole una sardina a la abuelita Andrea…Colmillo Afilado pasó un verano
feliz.
Y como así
ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
El abuelito Valentín.