LA RANA ESMERALDA Y LOS MOSQUITOS
En aquel bello y
húmedo lugar, había gran cantidad de mosquitos, los cuales servían de alimento
a nuestras amigas las ranas. Entre ellas destacaba una, llamada Esmeralda.
Saltaba más que ninguna, y además tenía un cuerpo esbelto y bello. Sus amigas
al principio jaleaban su belleza y destreza. Pero la envidia ya estaba anidando
en ellas, y le empezaron a decir con falsedad: De tanto comer mosquitos te estás
poniendo fea y gorda, cada vez que saltas pareces un globo verde a punto de
estallar. Al principio lo tomó a broma, pero tanto insistieron una y otra vez que
ella misma empezó a verse así y dejó de cazar tantos mosquitos. Enflaqueció y
fue perdiendo su salud.
Para su suerte, la crecida de un rio hizo que llegasen allí nuevos
personajes entre ellos un rano esbelto y bello, el cual pronto se interesó en
conseguir la amistad de Esmeralda. Pero esquivaba su presencia. El abiertamente
preguntó: - ¿Hay algo en mi que te desagrada?-. Ella le confesó que era ella la
que estaba fea y gorda, y le contó lo que decían sus "amigas".
Entonces indignado le pidió subir con él a una laguna de agua limpia y
transparente la cual reflejaba con fidelidad lo que se miraba en ella, y se
miraron allí los dos. Cuando así lo hicieron... ¡Esmeralda no salía de su
asombro!, pero dudando aun preguntó: -¿Porque en el espejo de Adelaida, siempre
me veo más gorda?.- Él intrigado le preguntó: -¿Se mira alguna de ellas
contigo?-. Al decir que siempre lo hacia ella sola. El rano enfurecido le
aclaró que le hacían mirarse en un espejo de aumento y comprendió la “faena” de
sus amigas.
Hoy día, Esmeralda y su amigo son muy felices, ya que gracias a él,
Esmeralda comprendió que la Envidia y la Maldad, no son buenas consejeras..
Así lo opina también…
El abuelito
Valentín
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