LOS NIÑOS DE MI BARRIO
Pero una mañana al salir a mi terraza, vi con alegría a
un grupo de niños que
entre risas y gritos se mecían en los viejos columpios…¿A quién le podía
importar que sus rasgos físicos sean algo diferentes?. ¿Qué su piel sea más o
menos morenita? ¿O que los ojitos de
algunos sean achinados?. Ahora que ya soy viejecito, me alegra que al cruzar la
plazoleta tenga que esquivar algún balonazo. O que algún niño en su alocada
carrera pueda dar conmigo en el suelo. Los niños sean del país que sean son la
alegría y la esencia de la vida..Y con su venida mi barrio ha recuperado su
alegría y vida. Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños (y
mayores)…
El abuelito
Valentín.