sábado, 4 de junio de 2016

EL TERNERILLO LUCERO

EL TERNERILLO LUCERO

La abuela Rosiña cayó rendida en la cama cuando ya el Sol estaba alto. La noche en el establo había sido dura y agitada. Su vaca había tenido un ternero. Cuándo ya estuvo segura llamó al veterinario, el cual como siempre si la llamada era nocturna, mandó a un ayudante. Entre la abuela y él sacaron al ternerillo, el cual nada más nacer se agarró con ilusión a la teta de su madre, entre las risas de los que le habían ayudado a nacer.
La abuelita antes de dormir (y pensando en su marido) exclamó: 
¡¡Cuánto hubieras disfrutado “Varas”!! 

¿Pero no se había llamado Miguel?. Si pero su abuelo se había apodado “Varas” y en muchos pueblos aun el apodo se hereda antes que el apellido. Por Miguel Ortiz nadie le conocía. Pero por el nieto del “Varas” le conoce toda la comarca.
. Esta es aún en muchos sitios la España rural y profunda. Entonces este relato..¿Es fantasía o realidad?..Eso solamente lo sabe…El abuelito Valentín.

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