EL BURRITO PEREZOSO
En aquel lindo
pueblecito vivía un simpático matrimonio
formado por la abuelita Andrea y el abuelito Martín el cual cultivaba unas
pequeñas tierras no lejos del pueblo en
las que sembraba-unas veces patatas, otras garbanzos, otras lentejas-…y así vivían
modestamente su esposa y él. A Martín
le ayudaba en su tarea un burrito
al que llamaba Perezoso por su cansino y lento andar. La compenetración entre
Martín y Perezoso era tal, que el burrito nada más prepararlo para ir al campo ya sabía
si Martín estaba contento y feliz, o triste.
Durante todo el
camino--hasta llegar al sitio de la tarea—disfrutaba escuchando a Martín cantando viejas cancioncillas, que en sus años mozos solían –sus amigos y él—cantar por las noches rondando a las mozas
del pueblo. Pero aquel día Perezoso
notó que algo iba mal: Martín dio por terminada la tarea más pronto que
de costumbre, ¡y trabajosamente! montaba en él dando unos pequeños gemidos!. Ya
cerca del pueblo Perezoso ¡vio sorprendido! que Martín-se deslizaba por su
costado hasta quedar tendido en el suelo. Desconcertado no sabía qué hacer…pero
pronto tomó la decisión de correr al pueblo
y pedir ayuda para su querido amigo. Cuando llegó a su casa golpeó la puerta dando fuertes coces. Andrea
salió asustada y le regañó diciendo: ¿te
has vuelto loco Perezoso? Casi me rompes
la puerta con tus coces, pero…al no ver a su marido por allí—y a Perezoso empujándole con el hocico hacía el
camino—pensó que algo malo había sucedido
y llamó a sus vecinos pidiendo ayuda. Pronto salieron todos siguiendo
¡¡esta vez sí!! La rápida carrera de
Perezoso.
Cuando
llegaron Martín se encontraba ya bastante mal Ya en el pueblo el médico dijo ¡que gracias. a la decisión de
Perezoso! se había librado Martín de un problema grave.!
Pasado algún
tiempo--se escuchan otra vez por el camino—las alegres cancioncillas de
Martín…pero ahora ¡acompañadas por los desafinados rebuznos de Perezoso –el
cual- se siente de nuevo…¡¡ Un burrito Feliz!!
Y como así
ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños.
El abuelito Valentín
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