EL HORMIGUERO
Tomás esa tarde no jugaba en el Parque con
sus amigos, estaba viendo una larga hilera de hormigas que se afanaban metiendo
en el hormiguero las miguitas que se les caían a los niños y mayores de sus
bocatas y bollos. Le preguntó a una hormiguita..¿Para qué queréis eso?.La
hormiguita le dijo: Para llenar nuestros almacenes de comida antes que llegue
el invierno y nuestros pequeñines no pasen hambre. Al ver que todas eran del
mismo tamaño preguntó..¿Donde están vuestros pequeñines?.La hormiguita le díjo:
En el sitio más protegido y al cuidado de unas compañeras especialistas en
cuidar pequeñines. Aquello le dio una fantástica idea a Tomás. Y pensó: En el
Cole nos cuidan muy bien, y mi mamá hace una rica comidita para que no pase
hambre, entonces…¿Es mi casita un hormiguero?. Cuando esto se lo dijo a Tadeo,
ese ratoncito con el que charla y juega en sus sueños, el ratoncito entre
carcajadas dijo: ¿Cómo se te ocurre pensar eso?. Mi mamá es una cariñosa
ratoncita, y tu mamá una linda mujer, ninguna tiene nada que ver con un
hormiguero..Pero la idea del hormiguero le había gustado tanto a Tomás que no
quiere quedarse sin ella. Ahora cuando abraza a su mamá el abracito es mucho
más fuerte y sin palabras le quiere decir..¡¡¡Ay mamá, eres la hormiguita más
preciosa de nuestro querido hormiguero!!!.. Y como así pasó, ahora se lo cuenta
a sus queridos niños (y mayores)..
El abuelito
Valentín
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