EL CALLEJÓN
En aquel bonito, largo, y ancho Callejón considerado por
muchos como Santuario de los perros había gran alboroto. Sultán había cometido
un sacrilegio al ir acompañado de su amigo Micifuz, un gato al que desde
pequeño ayuda y protege como un hermano mayor. Los más violentos querían matar
al gatito, y para defenderlo Sultán tuvo que recibir y dar algún mordisco a un
grupo de exaltados. Pero con tesón demostró que el gato no olía mal, ni les
llevaba las pulgas como les habían dicho. Esos problemas les venían por otros
lados. Gracias a sus enseñanzas y demostraciones consiguió que la paz y armonía
volviera otra vez a aquel bonito y ancho Callejón. ¿Esto es fantasía o
realidad?. Que sea pronto realidad es la ilusión de…
El abuelo Valentín.
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