LA CABRITA CUERNO ROTO
En un pueblo muy bonito vivía un pastor llamado Andrés que cuidaba
mucho a su rebaño, pero en el rebaño no había paz y tranquilidad. La culpa la tenía
una traviesa cabritilla que en lugar de comer como las demás se dedicaba a jugar
y molestar a las demás y por eso la producción de leche era cada vez menor y
así Andrés no podía fabricar quesos para vender en el mercado.
María su mujer un día le dijo a su marido, véndesela al
carnicero para que la sacrifique y venda su carne en su establecimiento. Al oír
esto Andrés se enfadó mucho y le dijo…desde pequeño me enseñaron a cuidar mi
rebaño y por eso no venderé nunca a un solo de mis animalitos para ser
sacrificado, tendré mucha paciencia y ya veré como arreglo el problema. Pero la
cabritilla no ponía de su parte nada para que Andrés estuviera contento con
ella, por eso un día la dejó encerrada en el corral a ella sola, cuando se vio
allí separada del resto del rebaño pensó que tenía que cambiar de
comportamiento. Cuando más triste estaba escuchó un ruido. Era un topillo que
al verla allí sola le preguntó¿ qué haces aquí y no estás con las demás
compañeras?. La cabritilla le dijo que Andrés la había separado por
desobediente y que tenía que ser mejor de ahora en adelante. Pero un día en que
el rebaño daba un rodeo para evitar un barranco ella se empeñó en cruzarlo dando
un salto. Las demás compañeras le dijeron que era una locura lo que quería hacer,
pero ella tomó carrerilla y se lanzó, dándose un tremendo porrazo en el fondo
del barranco…pero lo peor fue que se rompió un cuerno y desde entonces todos le
llaman la cuerno roto. Pero aquello le sirvió para dejar de ser desobediente y
que Andrés la incorporase otra vez al rebaño En el mundo de los niños también
ocurre que en el parque, o en el colegio algún niño con su mal comportamiento
pone en peligro a los demás niños. Si así ocurre no lo separéis sin antes
tratarlo de que se comporte bien, y os sentiréis tan contentos cómo se sintió
el rebaño cuando Andrés incorporó a cuerno roto.
Y cómo así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
El abuelito Valentín.
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