EL DESPISTADO LEBRATILLO
La mamá Liebre estaba muy
atenta a cualquier señal de peligro, para sus hijitos y para ella misma. Grupos
de cazadores andaban por aquellos lugares. Su mayor preocupación era los
despistes de su hijito más pequeño. Por su curiosidad, muchas veces se separaba del grupo, por lo
cual corría mayor peligro.
Cierto día, en el que
mamá Liebre les estaba enseñando a comer las mejores hierbecitas…nuestro amigo
lebratillo, sufrió un percance. Se quedó distraído viendo el vuelo de un
insecto que se movía con rapidez de un lado a otro. El insecto,
era una abeja que estaba trabajando,
para elaborar la riquísima miel. El lebratillo, fue siguiendo aquel
rápido vuelo, por lo cual se fue alejando cada vez más de su mamá, y hermanitos. De pronto, vio que aquel insecto, se metía en una flor bastante grande, y por curiosidad, quiso ver que hacia allí..pero, nada más meter el hociquito en la flor, ¡un
picotazo, y un gran dolor, le hicieron
caer de espaldas!.
Cuando la mamá lo vio llegar llorando..se asustó pensando
que algo importante le había pasado. El solo sabia decir…¡ay mamaíta, una flor me ha mordido en el hociquito, y me duele muchísimo!. Cuando, después de mucho llorar, explicó lo sucedido…la mamá le dijo: Las
flores no muerden,-lo que ha pasado, es
que la abeja pensaba que le querías hacer daño,
y te ha pinchado con el aguijón…vamos al arroyo, y te pondré una cosa que te calmará el
dolor.Ya en el arroyo, el lebratillo
¡asombrado, exclamó!..¿qué estás haciendo mamá?..cuando tengo las patitas,
o la cara sucia me regañas, y tu ahora,
me llenas el hociquito de barro: La mamá, le explicó que el barro le calmaría el dolor.
Los hermanitos, se reian viéndole tan
sucio y llorón. Pero, a pesar de ése
percance, siguió siendo despistado y
distraído. Pero ocurrió, que un día su despiste, ¡salvó a su familia de una
tragedia. La mamá llevó a sus hijitos a un prado para comer la mejor
hierbecita, pero él se quedó
charlando con unas vacas—y una vez más
quedó separado de su mamá, y hermanitos.
Cuando más animado estaba contándoles a las vacas, lo que le había pasado con la abeja…escuchó
en el camino que había en el fondo del valle algo sospechoso, cuando miró ¡el miedo lo dejó casi
paralizado!. Un grupo de cazadores, con muchos perros, se dirigían a donde
estaban su mamá y sus hermanitos.¡¡Corrió con toda la rapidez de sus patas, y
llegó gritando,mamá, hermanitos,
salgamos pronto de aquí! Vienen muchos cazadores, y muchos perros. La mamá, los llevó a un
terreno próximo que ella conocía muy bien. Estaba cubierto por grandes
matorrales, y los matorrales tenían
muchísimas espinas ¡grandes y duras, lo que hacía que no pudiesen entrar, ni los cazadores, ni los perros!. Allí estuvieron
hasta que pasó el peligro. Pero aquel susto le hizo cambiar de comportamiento
al lebratillo. Ahora, ya no se separa nunca de su mamá, y sus hermanitos—por ello—ya no le llaman
despistado…ahora le llaman ¡con gran cariño, EL EXPLORADOR PATAS RAPIDAS!.
Y como así ocurrió,
ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
El abuelito Valentín.
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