DEFENDIENDO A LOS
ABETOS
Al ver caer los primeros copos de nieve, los Abetos ya sentían miedo, sabían que
pronto vendría gente –que burlando la vigilancia—de los guardabosques,
cortarían, y arrancarían a muchos de
ellos, para adornar sus casas en Navidad. Los
Abetos pensaban que al estar sujetos a la tierra, no se podían defender,
ya que no podían moverse. Entonces fue cuando aquel Abeto tan pequeñín, al que
por su pequeño tamaño le llamaban “ El Pulguita”, les dijo a los demás.
Nosotros no nos podemos defender, al no movernos, pero, ¿y si les pedimos ayuda a los
animalitos del bosque?, como ellos sí se pueden mover, ¡seguro que nos
ayudarán!. Todos aplaudieron la idea. El “Pulguita” tenía un amigo pajarito, y
él se encargó de avisar a todos los animalitos.
Las ardillas dijeron: Nosotras, haremos montones de piñas secas, y se las tiraremos con fuerza a lo cristales
de los coches, y así tendrán que parar cuando entren en el camino. Los topos,
planearon excavar hoyos en el camino, para que al pillarlos se hundan y queden
atrapados, y no puedan seguir-y al ser
tan estrecho el camino, los demás coches
no podrán pasar. Pero, el conejito dijo:
Se bajarán los de los otros coches, y entre
todos sacarán al atrancado, y así podrán
venir a llevarse a los Abetos Las abejas—entre grandes carcajadas dijeron—Si
hacen eso, nosotras les picaremos con
furia, y tendrán que refugiarse en los coches,
dejando en paz a los Abetos. Para mayor ayuda aún los osos
pensaron…hacer rodar grandes piedras para que piensen ¡en una gran avalancha! Y
así-llenos de miedo-no paren de correr,
hasta abandonar para siempre estos lugares.
Por la ayuda, y el
cariño de los animalitos del bosque, los Abetos pudieron pasar..¡¡Una Feliz
Navidad!!
Que éste cuento sirva, para que todos cuidemos mejor a la
¡gran Naturaleza!!.
Si así lo hacemos,
los Reyes Magos nos recompensaran.
Lo garantiza:
El abuelito Valentín
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