LA AVENTURA DEL RATON
El
lugar era
tan bonito,
que parecía
imposible que el
Alcalde Don Búho se hubiera visto obligado a convocar a todos sus vecinos,
y decirles: Ya estoy cansado de tener
que intervenir en vuestras
peleas, por cosas sin importancia.
Para que aprendáis a comportaros como buenos
vecinos, os contaré lo que siempre
contaba mi abuelo.
Cierto día de verano,
salieron
de sus casas, el escorpión,
y la araña,
y se fueron a una charca cercana con la esperanza,
de encontrar allí algo para comer. Pero no
era su día de suerte. La araña,
tejió su
tela entre los juncos esperando que alguna mosca despistada cayera en ella,
pero hacia tanto calor,
que no se movía
ni el más pequeño mosquito.
El
escorpión, se fue a la orilla, pensando que allí tendría más suerte pero no fue
así, aquel día se quedarían sin comer. El escorpión,
le propuso
a la araña, irse a sus casas,
allí no pasarían tanto calor.
Cuando ya habían andado un buen trecho del camino, vieron muy
asustados,
que un gato muy grande
perseguía a su amiguito el ratón.
Para
defender al ratón…el escorpión se puso delante del gato, ¡y muy valiente le
gritó…¡Alto ahí grandullón!,
si le haces
algún daño a nuestro amiguito! Sentirás en tu sucio hocico el dolor de mi
aguijón.
El gato,--que solo era valiente
con los más débiles—sintió miedo,
y se
marchó. El ratoncito, llegó a su casa ¡Muy asustado, y abrazándose a su mamá!,
le dijo:¡Ay mamá,
que miedo he pasado, un gato muy grande me
quería comer!...gracias que me han defendido mis amigos, el escorpión,
y la araña, he podido salvar la vida. La
mamá—que ya conocía los “truquillos” de su hijito—pensó que su deseo de
mimos,
le hacían inventarse aquella
fantástica aventura. Pero,
su hijito
insistía que decía. La verdad. Ante la duda, decidió salir a buscar a los
salvadores de su hijito. Así pudo comprobar que su hijito decía la verdad. Así
lo confirmaban, el escorpión y la araña. ¡Les abrazó emocionada, y les invitó a
su casa, para poder homenajearles como ellos se merecían! La mamá, llamó a
todos los vecinos y les dijo:¡Gracias a estos valientes, nos hemos librado para
siempre del malvado gato!.
Cuando Don Búho llegó aquí en su narración, ¡todos sus
vecinos, se abrazaron muy emocionados!,
ya que habían aprendido que con voluntad y amor, ¡la amistad y la
convivencia son posibles!. Así se lo habían demostrado, unos personajes tan
diferentes entre sí, como: Un escorpión, una araña, y un ratón.
Y como así ocurrió,
ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
El abuelito Valentín.
Y colorín, colorado,
éste cuento, ¿Os ha gustado?
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