viernes, 27 de diciembre de 2013

LOS AMIGOS DE LAS PLANTAS


 

LOS AMIGOS DE LAS PLANTAS


En aquel lindo pueblo, las plantas de sus Jardines estaban tristes, nadie les daba el cariño y cuidados que ellas tanto necesitaban. Los pajaritos les preguntaron ¿Qué os pasa que ahora no dais flores?.Las plantas les contestaron: No nos riegan bien, no nos remueven la tierra, y nuestras hojas se secan por falta de cuidados. Los pajaritos les dijeron: Nosotros conocemos a unos jóvenes jardineros que viven cerca de nuestro nido y que quieren mucho a las plantas, os cuidarían muy bien. Las plantas, le pidieron a los pajaritos que le dijeran al Alcalde, que querían ser cuidadas por aquellos jóvenes. El Alcalde aceptó complacido el deseo de las plantas.¡¡¡Y de pronto se hizo la magia!!!.

Los Jardines volvieron a estar alegres, las plantas volvían otra vez a crecer, y las hojas eran otra vez de un color verde brillante, y las flores, alegraban a todos con sus preciosos colores y aromas.

Para agradecer la ayuda de los pajaritos, los Jardines les regalaron..

                                      ¡¡Una preciosa Flor!!

Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños..

El abuelito Valentin.

jueves, 7 de noviembre de 2013

EL ABUELO Y LA ESCUDILLA



EL ABUELO,Y LA ESCUDILLA


En aquel pequeño pueblo, vivía un matrimonio muy humilde, con un hijo de unos 10 años y un abuelo (padre de su padre), al que por su edad y haber trabajado toda su vida en el campo, le temblaban ya las manos y tenía poca fuerza en ellas. Un día, cuando estaban comiendo, al coger el plato se le cayó de las manos rompiéndose… le regañaron diciéndole: Tenemos pocos platos, y menos aun dinero para comprarlos.

Al día siguiente, el niño vio a su padre con un trozo de madera haciendo una escudilla y le preguntó: - ¿para qué haces eso? - El padre respondió: - Para que coma el abuelo en ella, y no rompa más platos. - El niño respondió: - La madera cambiará el sabor de la comida, y no le gustará. - El padre dijo: -El abuelo ya tiene el sabor atrofiado, y no lo notará, no podemos consentir que siga rompiendo platos.

Pasó mucho tiempo: Y un día cortaron un árbol y él niño le pidió a su padre un pequeño trozo del tronco. El padre le preguntó: - ¿Piensas hacerte un juguete? - El niño entonces dijo: - No, es para hacer una escudilla para que cuando seas viejo, no me rompas los platos.

La conciencia de un niño, ¡acababa de impartir a su padre una lección magistral, de vergüenza, cariño y humanidad. Así opina…


Un abuelo afortunado.

domingo, 20 de octubre de 2013

EL REGALO QUE LLEGÓ DEL MAR



EL REGALO QUE LLEGÓ DEL MAR


Hace ya mucho tiempo, en aquel pequeño y sencillo pueblo pesquero ocurrió algo que influyó en sus vidas. Una noche, cuando Juan venia de echar una partidita con sus amigos; en un montón de redes para arreglar escuchó unos gemidos….Pensó que algún gato se había enganchado y no se podía soltar, pero al acercarse, ¡la sorpresa lo paralizó!. Envuelto en unos ropajes ¡había un niño!.

Llamó a gritos a sus pocos vecinos y aquellas sencillas, y bondadosas personas pensaron que el niño era un regalo del Mar y se quedaría allí con ellos. Decidieron darle el nombre de Ginés

Y así fueron pasando años y años…

Ginés, tenía por costumbre comer sentado en un pequeño muro bajo un cobertizo y allí venia todos los días para participar en su comida, una gaviota a la que Ginés llamaba ¡¡¡su amiga Ojos Azules!!!.

Con frecuencia se veía a Ginés con la gaviota en el hombro ¡haciéndole carantoñas con el pico!.

Ginés, se afana ayudando a todo el pueblo, ya que para él todos son su familia. Cuando todo parecía tan feliz…el destino fue muy cruel con el pueblo. Ginés se cayó desde un pesquero, las heridas fueron tan graves, que solo vivió cinco días desde entonces.

Cuando todo el pueblo estaba despidiendo a Ginés, ocurrió algo que pareció un milagro. Entró una gaviota y se posó sobre su pecho. Los presentes vieron asombrados algo que no olvidarán en su vida..

¡¡Una gaviota llorando!!

Y finalmente Ginés y su amiga Ojos azules volaron juntos en el cielo.

Y como así ocurrió, se lo cuenta a sus queridos niños (y mayores)…

El abuelito Valentín.