sábado, 17 de noviembre de 2012

CANELO



CANELO

Cuando ya estábamos llegando al pueblo de Bahía Chica, todos nos sentíamos más contentos y animados. Después de cinco años, volvíamos a veranear en aquel lindo pueblo. Lo que antes eran pequeños huertos, ahora eran Chalecitos para veraneantes. Cuando nos volvimos a ver con antiguos conocidos, nos advirtieron que el pueblo había cambiado bastante. El pequeño rompeolas---ahora asfaltado, era un cómodo Paseo. —Pero, lo que más nos sorprendió, fue un pequeño Monumento, el cual  consistía, en un Pedestal y la Estatua de un precioso Perro. Lo que más nos intrigó, fue una Placa que decía
A CANELO
                         CON TODO EL AGRADECIMIENTO DE LOS NIÑOS DEL PUEBLO.
Proseguimos nuestro paseo, pero aquel Monumento, nos seguía intrigando. A poca distancia vimos a nuestro amigo Antonio, después de saludarnos con alegría...le preguntamos qué significaba aquel precioso Monumento. Con la emoción reflejada en el rostro, nos dijo:
Vamos a sentarnos en aquel banco, y os contaré la historia de Canelo. Y nos dijo: El verano siguiente, al que vosotros pasasteis aquí, apareció en el pueblo—sin duda como uno más—de los perros que por esas fechas son abandonados. Demostrando conocer bien a los niños…pronto se unió a la Pandilla capitaneada por “El Pecas”, el chaval mas travieso del pueblo. Por el color de su pelo, los chavales, le dieron el nombre de Canelo. Al principio, las mamás, acogieron con recelo a Canelo…cuando estaban en el Parque le tiraban piedrecitas, para que no se acercase a sus pequeñines. Su condición de –perro vagabundo—le hacía sospechoso. No eran capaces de apreciar su bondadoso carácter.
Los chavales de la pandilla, le guardaban un trocito  de su merienda, y así Canelo, no pasaba hambre. Y llegó el día que el pueblo pudo sufrir una desgracia.
Después de unos días de disfrutar de un Mar en calma…el tiempo cambió de una forma  que hacia peligroso acercarse al Mar. Y entonces fue, cuando a la pandilla, se le ocurrió la idea de ir a por cangrejos, a las rocas de la escollera. Sin pensar en el peligro, entre bromas y risas, no vieron a una ola mayor que las demás, que los envolvió tirándolos, y empapándolos. Pero, por desgracia, al tirarlo la ola, Juanillo, se dio un golpe que lo dejó muy mareado, y al retirarse la ola, ¡lo arrastraba mar adentro!. Por suerte, Canelo estaba a su lado, y pudo sujetarlo con sus fuertes dientes por el cinturón evitando así una tragedia.
Los niños llegaron muy asustados, al Bar que hay en la Casa del Mar, gritando¡¡que Juanillo se está ahogando en la escollera!! Salimos todos corriendo, y llegamos a tiempo de presenciar la escena que no olvidaremos jamás!! Cada vez que una ola tiraba  de Juanillo…Canelo, apoyando con fuerza el vientre en la roca ¡evitaba que el Mar arrastrase a su amiguito! Cuando llegamos, mientras unos atendían a Juanillo, otros nos ocupamos de Canelo—que ya estaba, al límite de sus fuerzas.
En la Clínica del Mar, mientras un médico atendía a Juanillo, otro médico (de forma excepcional) iba cosiendo los jirones de piel en que se habían convertido las patas y el vientre de Canelo,--el cual quedó alojado con todo cariño—en La Casa del Mar. Ahora, las mamás que antes le tiraban piedrecitas, para que no se acercase a sus niños... Rivalizan para ver quien le lleva las mejores cosas a Canelo.
Hoy día,--merecidamente—es el Orgullo de todo el pueblo de Bahía  Chica.     
Que este sencillo cuento, sea un Homenaje, a todos los perros, que día a día, son cruelmente abandonados. Ese es el deseo, de
El abuelito Valentín.



sábado, 10 de noviembre de 2012

LA PRINCESITA Y EL HADA



                                                    LA PRINCESITA Y EL HADA

Erase una vez, dos primitas, llamadas Martina, y Claudia, que se divierten mucho cuando están juntas. Aquel día, estaban con sus papás en el campo—y cuando recogían florecitas—para hacerles un ramito a sus mamás..Martina, ¡se llevó un gran susto. Un bicho muy feo, estaba parado frente a ella…¡entonces gritó pidiendo ayuda a Claudia, diciendo! Corre Claudia, que me ataca un Dragón. Cuando llegó Claudia, vio que al tirarle un puñadito de tierra, aquel bicho salía corriendo.—era un pacifico lagarto--.Pero el susto, hizo que esa noche Martina, tuviese una pesadilla. Soñó, que era una Princesita, y cuando más tranquila estaba en su Castillo..¡Un fiero Dragón, la quería raptar!. Por más que ella corría, el Dragón siempre iba detrás. Cuando ya se consideraba vencida..¡¡Con un fuerte relámpago, apareció el Hada Claudia, y con su varita Mágica, convirtió al Dragón en una pequeña lagartija!!.
La Princesita Martina, y el Hada Claudia, se abrazaron muy contentas: El malvado Dragón, había quedado derrotado.
Pero…entonces, escucharon el ruido de muchos caballos en el Patio del Castillo…¡¡Un valiente Príncipe—que estaba cazando en el bosque—había escuchado los gritos de la Princesita, y venia a salvarla!!. Cuando vio, que el Hada había salvado a la Princesita, y que ya no había ningún peligro…¡Muy galante, invitó a las dos, a Una Gran Fiesta en su Castillo.
Pero…cuando la Princesita, y el Hada, iban a subir a una  Elegante Carroza: ¡Aquel bello sueño, terminó!. Y terminó porque la mamá—dándole muchos  besitos—la estaba despertando, diciéndole: Vamos, sacude esa pereza, que hay que llegar pronto, al colegio.
Cuando ese fantástico sueño, se lo contó a su primita Claudia, las dos pasaron una gran juerga…Ya que  --al menos—en un sueño, Martina, había sido una Princesita, y Claudia, un Hada buena.
Y como así ocurrió, ahora se lo  está contando con muchísimo cariño..
El abuelito Valentín.
Y colorín, colorado, éste cuento, ¿Os ha gustado?.



BLANQUITO



                                                                  BLANQUITO

Cierto día, después de una larga Marcha mis amigos y yo, llegamos a un lindo pueblo, dispuestos a descansar allí dos o tres días. El único Hotel, era una vieja Posada. Por la noche, nuestra amable Posadera, nos contó la historia del niño más querido del pueblo, nos dijo: En una modesta casa, al final de esta calle vive el chaval más alegre, y bueno, que os podáis imaginar, se llama Manolin y desde pequeñito, vive con su abuelita María. Nuestro amiguito, ayuda mucho en las tareas de la casa. Cierto día, cuando venía de recoger leña para el fuego, se sentó a descansar, en el camino…cuando en un viñedo que había a su espalda, le pareció escuchar unos débiles balidos,--prestó atención—y con gran sorpresa, vio  que un pequeño corderito le pedía con mirada suplicante ayuda. Manolin, no lo dudo. A pesar de ir cargado con la leña, tomó en sus brazos al corderito, y lo llevó a su casa, dispuesto a ayudarle. La abuelita, muy sorprendida, le preguntó: ¿Dónde has encontrado ese corderito? . Manolín, le explicó lo sucedido. La abuelita, le dijo, que algún rebaño de los que pasaban por allí lo habían abandonado. Entonces le pidió a la abuelita, que le dejase quedarse con él. La abuelita le dijo: Hasta que pueda comer hierba, ¿Cómo piensas alimentarlo?. Pero Manolin, muy decidido dijo: Hasta ese día, yo le cedo mi tazón de leche del desayuno, a mi no me importa desayunar pan y aceite. Así fue como el corderito, entró a formar parte de la familia. Por ser tan blanquito, decidieron llamarle así. Los amigos de Manolin, también colaboraron en la alimentación del corderito. Cuando ya pudo comer hierba, el grupo de amigos, lo sacaban a pastar, y jugaban con él como si fuera uno más de la pandilla. Ninguno, podía suponer, ¡la aventura  que les iba a suceder!.
En el pueblo, había un pequeño Hospital, atendido por unas bondadosas Monjitas, y allí tuvieron que ingresar toda la pandilla, por una epidemia de sarampión. La Sala de los niños, la atendía una Monjita, ya algo mayor llamada Sor Angustias.
Blanquito, al faltar sus amiguitos estaba desconcertado, miraba por todas partes, balando con tristeza. Y una noche que la puerta del corral, había quedado mal cerrada, se escapó en busca de sus amiguitos. Guiado por su instinto, llegó al Hospital, y aprovechando una ventana abierta , entró a buscar a sus amiguitos, ¡y lo consiguió!.
Manolín, pensó que estaba soñando , cuando vio a Blanquito –subido en su cama, queriendo jugar con él. ¡Su grito de alegría, despertó a todos!, el alboroto fue tal…que  Sor Angustias, entró alarmada. Pero, antes que encendiera la luz, Blanquito, muy asustado salió corriendo—pero con tan mala suerte—que tropezó con Sor Angustias, haciéndole darse un fuerte culetazo en el suelo. La monjita, solo vio que algo salía corriendo  huyendo por una ventana..¡y gritó con todas, sus fuerzas…¡¡El Demonio, ha entrado en el Hospital, y me ha tirado al suelo!!.
Los niños nunca se habían divertido tanto, Cuando les dieron el alta, con grandes carcajadas, contaron a sus familias lo ocurrido en el hospital. Por eso ahora en el pueblo, nadie le llama al corderito Blanquito, todos lo conocen..¡¡Por el Demonio de Sor Angustias!!.
Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños….
El abuelito Valentin,

LA IDEA DE CARLITOS



                                                                              LA IDEA DE CARLITOS

Carlitos, es un niño muy contento y feliz. Vive en una granja un poco alejada del pueblo –por eso—su papá, o su mamá, lo llevan todos los días al colegio. Cuando se aproximaba el día de Los Reyes Magos…Carlitos, estaba preocupado pensando cómo hacer llegar su Carta a los Reyes magos. ¡Y tuvo la gran idea!. Ató  su Carta a unos globos (de esos que suben), y dándoles un besito, los soltó, viendo ¡muy contento, como se elevaban hacia el Cielo. Pero, lo que Carlitos no vio,--fue que su Hada Madrina—cogía con su Varita Mágica la Carta, y se la llevaba ella misma a los Reyes Magos. ¡Y llegó el gran Día!.
Apenas había amanecido..cuando Carlitos sintió que alguien le daba un cariñoso besito. Nada más abrir los ojos..¡vio que sus globos, estaban atados a los pies de su cama!. Pero lo mejor de todo  era que los Reyes Magos, estaban allí dándole unos fantásticos regalos…¿Sabéis por que fue así?...Por estudiar mucho, querer, y obedecer siempre a los mayores, portarse bien en el colegio, y no pelearse nunca con los amiguitos  del colegio. Si vosotros hacéis igual que Carlitos, ¡los Reyes Magos, serán siempre vuestros amiguitos!.
Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
El abuelito Valentín.
Y colorín, colorado, éste cuento, ¿os ha gustado?.

¿LE HABLABA EL MAR?



                                                         ¿LE HABLA EL MAR?

Todas las mañanas, antes de que los barcos salgan del puerto de aquel pueblo pesquero para ir al Mar a pescar, él ya está sentado en esa roca  para despedir a sus compañeros, y a gritos, darles consejos, advertencias, que muchas veces se cumplen. Les dice: Si vais a tal lugar, volveréis de vacío, el Mar hoy no está generoso allí. Pero si vais a este otro, volveréis rebosando pescado. Esto, suele hacerlo, desde que el Reuma, por toda una vida en el Mar lo apartó para siempre de lo que había sido su ilusión. Cuando se queda solo en la roca…su mente retrocede al funesto día, en que el tenia 8 años de edad, y un golpe de mar arrebató a su padre de la cubierta…y su cuerpo nunca apareció.
Cuando él tuvo suficiente edad, su vida transcurrió más tiempo en el Mar, que en tierra. Así adquirió una gran experiencia. Pero en el pueblo, unos le aprecian, y otros le temen…Sobre todo desde el día en que al despedir a sus amigos desde la roca, y cuando iban tripulando el
AHITANA-3º LES GRITÓ: Vosotros volveréis, pero al barco, se quedará en el fondo del Mar. Y así ocurrió. Un buque mercante sueco, que navegaba de una forma imprudente, los arrolló y hundió. La tripulación se salvó, pero el AHITANA-3º…quedó en el fondo del Mar.
Cuando le preguntan cómo sabía lo que iba a ocurrir…con tristeza, les responde: Como mi padre sigue ahí, el Mar me habla, y me dice lo que va a pasar.
Unos le dicen..Iluminado, y medio loco. Pero otros, lo respetan, y aprecian su experiencia…¿Quien tiene la razón?. Este relato, ¿es fantasía, o realidad?.
Yo, cuando lo escribo, ¡siento una gran  inquietud!...El Mar,(Cuna de la Vida)…¿le puede hablar?.
Que algún viejo marinero, le quite esta inquietud, y le saque de dudas, a…
El abuelito Valentín.