sábado, 8 de diciembre de 2012

LA CURIOSIDAD DE RAPOSÍN



LA CURIOSIDAD DE RAPOSÍN

Raposin, es un pequeño zorrillo, que había nacido en un lugar lejos de allí. Aquel día llegó  a su casita temblando de miedo,¡todavia le parecía sentir tras él los gruñidos de aquellos furiosos  perros. ¿Por qué había pasado tanto miedo?.Había sido por no escuchar los consejos de su abuelito, y fiarlo todo a su curiosidad.
Como hemos dicho había nacido lejos de allí. Pero un día, el abuelito llegó muy triste, y les dijo: Nuestra presencia en este maravilloso lugar está amenazada. Si miráis a lo lejos veréis una gran polvareda. La originan muchos hombres, que con grandes máquinas vienen arrollando todo…para construir, una carretera. Por ello, antes de la salida del sol, y para evitar que nos hagan daño, nos marcharemos de este querido lugar y buscaremos otro más seguro donde poder vivir. Así fue como la familia de Raposin—y otro muchos animalitos más—se marcharon de allí. Después de caminar muchísimos días, por fin encontraron un lugar, y una guarida que el abuelo consideró adecuada. Y allí fue donde Raposin sufrió su aventura con los perros.
En un sitio próximo a donde ahora vivían Raposin y su familia había unas Naves,--donde no había ninguna actividad. Pero, un día llegaron muchas personas, que de muchos camiones, descargaron gran cantidad  de jaulas, con gallinas, pollos, patos, y conejos. Habían montado allí una Granja. El lugar, lo cercaron con una alta valla.Raposín, desde el escondite en un tronco hueco—junto a la valla—veía intrigado  la gran actividad que había en la Granja. Y la peligrosa curiosidad infantil, hizo mella en él. Daría cualquier cosa, por ver cómo era aquella Granja por dentro.
El abuelo—con su gran experiencia—le dijo a su familia: Si somos prudentes, y no delatamos nuestra presencia aquí, la avaricia del Granjero…nos facilitará la comida que podamos necesitar. Así fue: Al día siguiente , unos hombres sacaron en un carretón,-y tiraban en una zanja, a varias gallinas que no habían resistido la aglomeración, y habían muerto aplastadas. La previsión del abuelo se había cumplido…la comida estaba asegurada.
Pero, la idea de ver aquella Granja, por dentro, le seguía obsesionando a Raposin. Y para conseguir su peligroso capricho, escarbó con sus patas un agujero por debajo de la valla. Y, aquella noche, cometió la imprudencia de penetrar en la Granja. Cuando ¡Más embobado estaba viendo tantísimas gallinas—unos gruñidos a su espalda—lo volvieron a la realidad. ¡Unos feroces perros se preparaban para atacarlo!. Corrió con la rapidez que le impulsaba el miedo,--y con suerte—pudo salir por el agujero de la valla. Pero los perros, salieron también. Y, así fue (como ya hemos relatado al principio) que pudo salvar la vida al refugiarse en su casita.
Raposín,se arrepintió de haber desobedecido a su abuelo, y prometió que nunca lo volvería hacer. Lo que le pasó a Raposin, se puede aplicar a los niños que no obedecen a sus abuelitos.
Para no sufrir un susto tan grande, hay que obedecer siempre, a los papás, a los abuelitos, y a las. Personas que no cuiden.
Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
El abuelito Valentín.

LA REINA DEL CIRCO



LA REINA DEL CIRCO

El pueblo, estaba en las Fiestas de Primavera. La alegría de grandes, y pequeños, era lo más destacado de aquellos días. Lo que más ilusionaba a todos, era la Carpa del Circo. La mayor atracción, era la actuación de la Gran Trapecista María. Sus arriesgados  saltos y volteretas,¡ponian a la gente en pie!.Pero María guardaba un secreto…¡estaba muy enamorada de su compañero de actuación!, cuyas mano la sujetaban cuando parecía que iba a estrellarse en la Pista. El viejo payaso Freddy, si se había dado cuenta , por ello, un día,--en un descanso en los ensayos, le advirtió: Ten presente María,(que aunque no lo parezca), el Trapecio tiene vida—y por ello es un poco celoso—y si no le das la atención que él desea, ¡tarde, o temprano se vengará. Ella tomó a broma la advertencia de su amigo. No se podía imaginar que aquella misma noche, iba a ocurrir la advertencia de su amigo Freddy. En uno de sus arriesgados saltos…no miró las manos que habían de sujetarla, y si miró a los ojos de su compañero. ¡Aquello fue fatal!. Sus manos se rozaron, pero él no pudo sujetarla..¡un grito de terror del público, anunció la tragedia!. María, estaba caída en el centro de la Pista, inmóvil como un muñeco roto. Afortunadamente, había salvado la vida. Mucho tiempo, estuvo en un Hospital, pero sus graves lesiones le impedirían ya volverse a subir a un Trapecio. Su compañero, se marchó a otro Circo, para seguir con su carrera artística. Cuando María ya estuvo recuperada, y se unió otra vez a la gran familia del Circo…¡se llevó  la gran sorpresa!. El dueño del Circo—que la quería como a una hija—le dijo: Tu sabes, que este Circo ha crecido mucho, y por ello, muchas familias –tanto de Artistas, como de operarios—tienen niños pequeños, a los que no pueden atender como desearían. Por ello, te propongo que seas tu la que te encargues del cuidado de esos niños. Yo pondré a tu disposición todo lo que puedas necesitar. María aceptó ilusionada. Aquello le daba un nuevo sentido a su vida. No le importó dejar de ser la Reina del Trapecio. Ahora reinaba en una Carpa sin grandes focos, pero con  un público muy especial y querido para ella ¡Sus queridos niños. en los que volcaba todo el amor que tenía reservado para unos hijos,--que por sus heridas—ya no podría tener, ya que una noche triste y cruel, se lo impidió para siempre…
¡¡La venganza del Trapecio!!.
Queridos niños, y niñas. Cuando vayáis al Circo ¡aplaudir mucho a los Trapecistas, así estaréis aplaudiendo vosotros, a nuestra admirada María.
Así os lo pide…
El abuelito Valentín.
Y colorín colorado..éste cuento, ¿os ha gustado)

LA TRAVESURA DE VICENTÓN




LA TRAVESURA DE VICENTÓN
 


Hace ya muchos años, era costumbre en algunos pueblecillos, que los pastores al recoger sus rebaños, tocaban una trompetilla, y ordeñaban a sus cabras, vendiendo la leche recién ordeñada a sus vecinos. Una de las compradoras, era la abuelita Andrea, que siempre elegía leche de la cabrita Cariñosa---conocida así---por tener un mechoncito de pelo blanco en forma de corazón. La abuelita, decía que era esa leche la que mejor le sentaba. Pero, aquella tarde—víspera de los Reyes Magos—un travieso chaval, llamado Vicentón, estaba jugando a lanzar piedrecitas con un tirachinas (y con tan mala fortuna) que le dio con una piedrecita a la cabrita Cariñosa cuando la estaban ordeñando. La cabrita dio un salto, volcando el cacharro de la leche, y la volcó por el suelo. La abuelita Andrea, aquella noche no pudo tomar su vaso de leche preferida,--y tal vez por eso—esa noche, tuvo una pesadilla.
Soñó que el pueblo estaba nevado, y en el camino por donde se podía pasar…¡estaba Vicentón, convertido en un Gigante!..y con un enorme tirachinas les tiraba piedras a los camellos de los Reyes Magos, no dejándoles entrar en el pueblo a repartir los juguetes a los niños, y niñas. Cuando por la mañana, la abuelita despertó, ¡aun sentía la angustia de aquella terrible pesadilla!.Pero, al abrir su ventana…vio con alegría a los niños, y niñas, jugando con los regalos de los Reyes Magos. Vicentón, le daba patadas a un balón, lanzándolo contra la pared. La abuelita, salió de su casa para disfrutar de la alegría de los niños, y niñas. Entonces al verla, Vicentón hizo algo sorprendente. Entro en su casa, y al momento salió con un paquetito en las manos, y se lo entregó a la abuelita Andrea, pidiéndole perdón por lo que había hecho con la cabra. ¿Sabéis como había conseguido esa noche el paquetito?...Rompió su hucha, y junto a sus pequeños ahorros, dejó una nota a los Reyes Magos, pidiéndoles que aceptasen aquellas pocas monedas, a cambio de una cajita de bombones para la abuelita Andrea, por haberla dejado esa noche sin su vaso de leche preferida.
Cuando le entregó la cajita a la abuelita Andrea. ¡¡El larguísimo abrazo que le dio a Vicentón!! Lo consideró él como el mejor regalo de Reyes que había tenido en su vida.
Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños, y niñas..
El abuelito Valentín.
Y colorín, colorado, este cuento ¿Os ha gustado?.