lunes, 22 de julio de 2013

COLMILLO AFILADO



COLMILLO AFILADO


En aquel pueblecito, la población gatuna estaba alterada. Sobre todo el gato mandón, al que llamaban Colmillo Afilado (por lo largos que tenía sus colmillos) y más de uno, por quererle quitar la gatita que él había elegido esa temporada por novia, había sentido en su lomo.

Se reunían para tratar sus problemas en la azotea de un viejo edificio abandonado, que antes había sido el Colegio del pueblo.

Unos nuevos vecinos, que habían ido allí a pasar el verano, habían llevado una preciosa gatita rubia a la que llamaban Jazmín. Todos los gatos la querían como novia. Pero, Colmillo Afilado les dijo: ¡Al que se acerque a ella, lo dejo sin rabo!.

Pronto quedaron citados en la azotea y el gato estaba preocupado--- ¿Qué le podía ofrecer a una gatita tan distinguida? ---. Pronto encontró la solución. La ventana abierta de la cocina de la abuelita Andrea y una fuente en la mesa con unas maravillosas sardinas, eran el mejor bocado que le podía ofrecer. Rápido como un rayo, entró y cogió la mejor…Pero un escobazo de la abuelita casi le hace soltar su sabroso manjar.

Jazmín, acostumbrada a otra clase de comida, nunca había probado algo tan exquisito, y le prometió ser su novia de verano.

Así fue, como quitándole una sardina a la abuelita Andrea…Colmillo Afilado pasó un verano feliz.

Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños…

El abuelito Valentín.