sábado, 6 de octubre de 2012

LA PEQUEÑA NUBECILLA



LA PEQUEÑA NUBECILLA

El patio de aquel lindo colegio tenía una gran actividad, pero los niños y niñas llegaban igual que todos los días con sus mochilas. Pero, ese día las mochilas no llevaban libros ni cuadernos. Llevaban bocatas, fruta, y chucherías. El colegio se iba de excursión. Cuando llegaron los autocares todos querían subir a la vez…los profesores tuvieron que poner un poco de orden.
En el viaje fueron cantando canciones, contando adivinanzas, y jugando al juego del veo veo. Y así llegaron al sitio más bonito que os podéis imaginar.
Hicieron varios concursos: Ver quien saltaba más tiempo a la comba, quien saltaba más lejos, y así pasaron toda la mañana. Pero…a la hora de la comida, los profesores miraban preocupados al cielo. Un nubarrón que cada vez se hacía más grande y más negro amenazaba que la tarde, no sería tan divertida.
Lo que nadie vio fue a una pequeña nubecilla, que toda la mañana había disfrutado viendo a los niños jugar, y ahora, discutía con el nubarrón y le decía: Escúchame grandullón. No pensaras estropearles la tarde a mis amiguitos, mojándoles cómo tu sueles hacer. El nubarrón le dijo: No es culpa mía que hayan venido hoy en que yo he prometido mi agua a los campesinos para regar sus cosechas y no les puedo defraudar. Pero, la nubecilla seguía defendiendo a los niños, diciendo: ¿ves a esa niña rubia tan guapa?...Si la mojas se pondrá malita y no podrá ir al colegio, y a ella le gusta mucho estudiar. Y así a todos los niños. Entonces el nubarrón y la nubecilla, hicieron un trato.
El nubarrón, dijo a la nubecilla. Para no mojarlos de golpe, daré primero unos grandes truenos, y abriré uno de mis grifos más pequeños y dejaré caer unas gotitas, y tú  nubecilla, diles a los profesores, que se metan en los autocares, y  así no les mojaré.
Nada más entrar el último niño…el grandullón, abrió todos los grifos y el agua corría con gran alegría de los campesinos.
Ya en el viaje de regreso, los profesores les contaron a los niños la gran ayuda  de la pequeña nubecilla.
Por eso si alguien pide vuestra ayuda no podéis decir: Yo cómo soy pequeñito no puedo hacer nada. ¡ya lo creo que podéis!.
Si un día veis a los papás, o a los abuelitos, o a los profesores, que están tristes…Un abrazo y un besito, es una ayuda ¡tan grande! Cómo la que les dio a los niños, la pequeña nubecilla el día de la excursión.
Y cómo así ocurrió, ahora se lo está contando a sus queridos niños…
El abuelito Valentín.
Y colorín colorado…éste cuento  ¿Os ha gustado?.

LAS DOS MAMÁS SE AYUDARON



LAS DOS MAMÁS SE AYUDARON

En aquel pueblecito, y en un corral había un cobertizo donde se guardaba a un pequeño rebaño de ovejas, y corderitos. Una oveja por la proximidad de aquellas ruidosas, y brillantes  Fiestas, estaba aterrada…aún recordaba las anteriores cuando su hijito fue seleccionado, por unas personas, para su cena de Noche Buena…y ella tuvo que escuchar sus tristes balidos cuando estaba siendo sacrificado.
Por eso se había hecho el propósito de huir de allí con su nuevo hijito. La ocasión, la aprovechó aquella noche, con el sueño del pastor, y, el despiste de los perros guardianes.
Se dirigieron a unas cercanas montañas, y cuando ya se consideraba a salvo de todo peligro…¡quedó aterrada!. De una pequeña cueva, salió una loba, que tenía allí a sus hijitos.
Antes de que la loba les atacase, la astuta oveja ideó un plan y le dijo a la loba: Si no nos haces daño a mi hijito, y a mí, tú también puedes beneficiarte. La loba le preguntó sorprendida….¿ cómo puedo yo, beneficiarme?.La astuta oveja, le dijo:  Por aquí hay un grupo de cazadores, con la misión de limpiar estos lugares, ¡matando  cuantos más lobos mejor.
Si mi hijito y yo, permanecemos aquí, los cazadores pensarán que aquí  no hay lobos, y se marcharán a buscarlos a otros lugares. El plan le pareció bien a la loba, y prometió no hacerles daño,( ya que así protegía a sus hijitos).
Pronto se alegró de ello. A la mañana siguiente, llegaron los cazadores, y al ver a la ovejita y a su hijito pastando allí tranquilamente, - justo en la misma entrada de la cueva- tal y como había previsto la astuta oveja, se alejaron de allí. La loba no sabía como agradecer la ayuda  a la astuta oveja. Pero pronto, tuvo la ocasión de devolverle el favor: Aquella misma tarde, el pastor, y el dueño del rebaño ,buscaban por allí a la oveja y a su corderito,-ya que pensaban- que se habían perdido por aquel lugar.
Al verlos, la loba lanzó un amenazador aullido, y se dejó ver fugazmente: Llenos de miedo, los dos hombres se fueron a todo correr de allí, pensando solamente proteger a su rebaño. La loba, y la oveja, se felicitaban por el éxito de su astuto plan.
Por el cariño y protección de sus hijitos, ( por primera vez en la vida ), se defendieron en armonía y amistad: ¡ una loba, y una oveja!.
Seguro que todos pensareis que esto es pura fantasía
Pero cómo así pudo ocurrir…ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
El abuelito Valentín..
Y colorín, colorado, este  cuento,¿ Os ha gustado?

LOS PAJARITOS DEL COLE



LOS PAJARITOS DEL COLE

Los pajaritos que había en aquel colegio, estaban muy tristes y preocupados. Esos días no había Cole, y ellos pasaban hambre sin comer las miguitas que los niños les daban de sus bocatas y bollos. Entonces llegó una paloma, y les dijo: los sábados, domingos, y fiestas, los niños no vienen al Cole, están con sus papás y sus abuelitos. Los pajaritos… ¡ muy asustados le preguntaron!. ¿ Los tienen encerrados?. La ploma, riéndose les dijo.¡ qué va!...están en un parque muy grande jugando con los niños de otros colegios. Los pajaritos, le pidieron a la paloma que los lleve a ellos a ese parque.
Cuando llegaron allí vieron con alegría, que había aún más niños  que en el colegio suyo, y por eso, había allí muchas más miguitas para comer.
Cuando ya no tenían hambre, pensaron ir a ver a un famoso pintor, que se llamaba Pablo, Picasso y le pidieron que les dibujase algo muy bonito, para regalárselo a su amiga la paloma.
Y así fue como Pablo Picasso ¡muy contento…para los pajaritos, y los niños de todo el Mundo, les dibujó.
La Paloma de la Paz.


  • Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
    El abuelito Valentín
    Y, colorín, colorado…éste cuento. ¿ Os ha gustado?.

    MANUEL EL MADRILEÑO



    MANUEL EL MADRILEÑO

    Hace ya unos cuantos años, a mi barrio, llegaron como  emigrantes un joven matrimonio chino. Empezaron ganándose la vida con una pequeña  tienda de “chucherías” para los niños, y otras cosas para los olvidos de los mayores.
    Pasado más de un año, les nació un precioso niño, que pronto fue conocido por todos con el nombre  de Manuel ( su nombre chino, era difícil de pronunciar ). Cuando tuvo la edad correspondiente empezó a ir al colegio. Pronto,  su alegre  carácter y bondad, le sirvieron para disfrutar,  de  la amistad de sus compañeros. Con un grupo, se apunto a unos cursillos de natación. ¡¡ Aquello fue  providencial!!.
    Un día, en  que el colegio había ido de excursión – y por la imprudencia del guía – estaban pasando por una estrecha y resbaladiza senda, junto a un peligroso  rio….su amiguita y compañera Guiomar,  tropezó  y cayó al rio. Cuando ¡todos gritaban  sin saber qué hacer! …Manuel,  dejó su mochila en el suelo, y se lanzó decidido al rio, en ayuda de su amiguita y compañera. Luchando con la frialdad del agua y la fuerte corriente,  consiguió llevar  a la orilla a su amiguita,  y compañera. Aquel gesto,  le hizo ser aun más querido y apreciado en el colegio.
    En la Fiesta de Fin de Curso,  cuando le entregaron sus  excelentes notas ¡también le entregaron a Manuel, un Diploma nombrándole,  Alumno de Honor del  Colegio.
    Y,  entonces ocurrió algo gracioso, y sorprendente. Una “ despistadilla “ señora,  le dijo a Manuel…hablas muy bien el español, ¿ de qué parte  de  China eres?.  Manuel, ¡sacó  pecho! , y con orgullo respondió.  ¡soy  Madrileño!.
    Sin que en el Cielo hubiese nubes…¡se escuchó un fuerte trueno!.
    ¡fue la carcajada,  y el aplauso  que  San  Isidro  le  dio  a  Manuel  el  Madrileño!.
    A ese aplauso,  se une con alegría.
    El abuelito  Valentín.

           

    LA MALA SUERTE DE UN PAVO



    LA MALA SUERTE DE UN PAVO

    El pobre pavo estaba muy asustado. El grajero lo había seleccionado,  para ser metido –junto a otros compañeros- en aquel jaulón después,  ser llevado en aquel feo camión a un incierto destino. Durante el viaje vieron varios pueblos engalanados,  con  muchas luces de lindos colores.  Cuando se despidió de su familia (presintiendo algo malo para él),  le recomendó a su hijito pequeño,  que procurase no crecer,  ni engordar.
    Después de un largo viaje, llegaron a una gran plaza, donde los agruparon en un cercado,  y allí eran comprados por personas que los iban eligiendo.  Los que lo compraron a él..le ataron una cuerda al cuello,  y lo llevaron como si se tratase de un perrito, hasta una casa cercana. Allí vió un elegante Salón,--y en el—había un bonito Árbol adornado con muchas lucecitas de variados colores,  y pensó que aquella gente ¡tan elegante! No le podían hacer nada malo a él…¡pobrecillo!,
    El día de Nochebuena,  nada más amanecer, ¡fue sacrificado!.
    Por la noche, ( el espíritu del pobre pavo)….vio su cuerpo –en una gran fuente-  ¡bien asado,  y doradito! Y rodeado de sabrosa  patatitas. Y,  el mocetón que lo había llevado atado con la cuerda,  ¡ahora, se disponía a trincharlo!.
    El espíritu del pobre pavo, escuchaba decir a todos palabras de Paz  y  Felicidad….¡que sarcasmo!  Las Fiestas de Navidad – tal vez,  sean de Paz y Felicidad,  para algunos humanos..pero son una sentencia de muerte,  para los indefensos y humildes pavos..¿Solamente para los pavos?.
    Por la ambición,  y el Poder,  de mucho indeseables…esos días,  también mueren muchos e indefensos humanos en cualquier lugar del Mundo..¡aunque sea Navidad.
    ¿Cuándo aprenderán muchos “gobernantes”,  un poco de Humanidad?.
    Eso desea saberlo…
    El abuelito Valentín.