domingo, 27 de septiembre de 2015

EL EXPLORADOR PATAS RÁPIDAS



EL EXPLORADOR PATAS RÁPIDAS
 


La mamá Liebre estaba muy atenta a cualquier hecho que pudiera ser perjudicial para sus hijitos. Su mayor preocupación era su hijito pequeño por despistado y distraído. Siempre se quedaba separado de ellos exponiéndose a cualquier percance. Ese día que  les estaba enseñando a elegir las mejores hierbas, él se quedó viendo a un insecto grande que se movía veloz de un sitio a otro. Se trataba de una abeja, la cual se metió en una flor muy grande, y él quiso ver qué hacía allí. Pero nada más meter el hociquito, un fuerte dolor y un pinchazo casi le hacen caer de espaldas. Llegó llorando y diciendo, ¡¡Ay mamaíta, una flor me ha mordido en el hociquito, y me duele muchísimo!!. La mamá le dijo: Cariño, las flores no muerden, pero vamos al arroyo y te pondré algo que te calmará. Una vez allí, el lebratillo extrañado dijo: ¿Qué haces mamá, cuando tengo las patitas o la cara sucias me regañas, y tú ahora me llenas el hociquito de barro? La mamá le dijo que el barro le calmaría el dolor del pinchazo del aguijón de la abeja. ¿Pensáis que aquel percance le hizo cambiar de actitud…? ¡¡Qué va!!. Otro día que toda la familia estaba en un prado comiendo una sabrosa hierbecita, él se quedó charlando con unas vacas que estaban allí tumbadas descansando,¡¡¡y otra vez se quedó separado!!. Pero aquel despiste salvó la vida de su familia. Escuchó ruido en el camino que había en el fondo del valle, y vio aterrado que un grupo de cazadores con muchos perros se dirigían al lugar donde estaba su familia, y llegó gritando…¡¡Mamá, hermanitos, salgamos pronto de aquí  ¡!.Vienen cazadores con muchos perros y nos matarán. La mamá llevó a todos a un terreno cercano que estaba cubierto de espesos matorrales, los cuales tenían unas espinas largas y duras que impedían que entrasen los perros o los hombres, y allí se quedaron hasta que la mamá consideró que ya no había peligro. Ya en su casa, todos abrazaron a su hermanito por haberles salvado la vida. Ahora ya no le llaman despistado. Nunca se separa de su mamá  y hermanitos. ¿Sabéis cómo le llaman ahora? EL EXPLORADOR PATAS RÁPIDAS. Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños…


El abuelito Valentín.