LA TRAVESURA DE VICENTÓN
Hace ya muchos años, era costumbre en algunos pueblecillos,
que los pastores al recoger sus rebaños, tocaban una trompetilla, y ordeñaban a
sus cabras, vendiendo la leche recién ordeñada a sus vecinos. Una de las
compradoras, era la abuelita Andrea, que siempre elegía leche de la cabrita
Cariñosa---conocida así---por tener un mechoncito de pelo blanco en forma de
corazón. La abuelita, decía que era esa leche la que mejor le sentaba. Pero,
aquella tarde—víspera de los Reyes Magos—un travieso chaval, llamado Vicentón,
estaba jugando a lanzar piedrecitas con un tirachinas (y con tan mala fortuna)
que le dio con una piedrecita a la cabrita Cariñosa cuando la estaban
ordeñando. La cabrita dio un salto, volcando el cacharro de la leche, y la
volcó por el suelo. La abuelita Andrea, aquella noche no pudo tomar su vaso de
leche preferida,--y tal vez por eso—esa noche, tuvo una pesadilla.
Soñó que el pueblo estaba nevado, y en el camino por donde
se podía pasar…¡estaba Vicentón, convertido en un Gigante!..y con un enorme
tirachinas les tiraba piedras a los camellos de los Reyes Magos, no dejándoles
entrar en el pueblo a repartir los juguetes a los niños, y niñas. Cuando por la
mañana, la abuelita despertó, ¡aun sentía la angustia de aquella terrible
pesadilla!.Pero, al abrir su ventana…vio con alegría a los niños, y niñas,
jugando con los regalos de los Reyes Magos. Vicentón, le daba patadas a un
balón, lanzándolo contra la pared. La abuelita, salió de su casa para disfrutar
de la alegría de los niños, y niñas. Entonces al verla, Vicentón hizo algo
sorprendente. Entro en su casa, y al momento salió con un paquetito en las
manos, y se lo entregó a la abuelita Andrea, pidiéndole perdón por lo que había
hecho con la cabra. ¿Sabéis como había conseguido esa noche el paquetito?...Rompió
su hucha, y junto a sus pequeños ahorros, dejó una nota a los Reyes Magos,
pidiéndoles que aceptasen aquellas pocas monedas, a cambio de una cajita de
bombones para la abuelita Andrea, por haberla dejado esa noche sin su vaso de
leche preferida.
Cuando le entregó la cajita a la abuelita Andrea. ¡¡El
larguísimo abrazo que le dio a Vicentón!! Lo consideró él como el mejor regalo
de Reyes que había tenido en su vida.
Y como así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños,
y niñas..
El abuelito Valentín.
Y colorín, colorado, este cuento ¿Os ha gustado?.
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