domingo, 2 de septiembre de 2012

EL INDIECITO RUBÉN

                                   EL INDIECITO RUBÉN

 
Rubén es un pequeño indiecito peruano que vivía con sus papás y su abuelito José en una pequeña aldea en las montañas de los Andes. El abuelito, que en su juventud había tenido ocasión de ir al colegio, ahora, haciendo la tarea de maestro enseñaba a los niños cuanto él sabía.
Rubén, estaba muy unido y encariñado con su abuelito.  Para ayudar a su familia  todos los días sacaba a pastar a unas cabritas, las cuales con su leche ayudaban a la alimentación de   su humilde familia. El abuelo le advertía que no se confiase  y no se alejase de la aldea ya que algún jaguar  hambriento  podía atacar a las cabritas y matar alguna. Pero Rubén decía que por allí no había peligro. Pero un día la advertencia se cumplió, un jaguar atacó y mató a una de las cabritas. Rubén lloró sintiendo más el disgusto de su abuelito que haber perdido a una de  sus cabras. El abuelito le consoló diciendo que los animalitos no matan por capricho, lo hacen por hambre o defendiendo a sus hijitos. Rubén cada vez admiraba más a su abuelito.
Al poco tiempo Rubén sentía una gran tristeza, la vida en la aldea se hacía cada vez más difícil, por ello  sus papás, buscando una vida mejor, decidieron dejar la pequeña aldea y venirse a trabajar a España, a Madrid. Pero el abuelito José se quedo allí, en el lejano Perú.
Aquí en Madrid, cuando empezó el curso escolar, Rubén, al igual que los otros niños, empezó a ir al cole, y un día le pusieron unos deberes que por más que lo intentaba no conseguía entender, y entonces fue cuando con toda la fuerza de su corazón pidió: - ¡¡¡ Ayúdame abuelito!!!... – Y al instante ocurrió algo milagroso. Rubén sintió que su abuelito estaba con él, a su lado, y con su ayuda los deberes pronto fueron acabados. Pero… no fue solo eso lo mejor, desde ese día, Rubén asegura… ¡que todas las noches duerme agarrado a la mano de su abuelito!.
¿Esto es fantasía o realidad?. Mucha gente afirma que la bondad y el cariño de los niños hacen milagros; y viendo la alegría y felicidad de Rubén… ¿se atrevería alguien a negarlo?. Todos los que amamos a los niños, creemos que Rubén hizo el milagro. Y como esto así ocurrió, ahora él se lo cuenta a sus queridos niños.

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