UN CASO EXTRAÑO
En el mercado del barrio los que no los
conocían comentaban extrañados cuando al pescadero se le cayó una sardina al
suelo, y antes que nadie la tirase al cubo de la basura la cogía
Sultán un perro grandote y la apartaba
de allí. Todos decían: Que raro los perros no comen pescado crudo. Sultán no la
quería para él, se la guardaba a su amigo Micifuz un gato al que desde
pequeñito cuida y defiende como un hermano mayor. Cientos de veces han sido
fotografiados: Dos razas consideradas enemigas
conviviendo en armonía y amistad y protegiendo el fuerte al débil. El gatito
siempre duerme entre las patas del perro.. Solamente ahí se siente seguro y
protegido. ¿Cundirá pronto el ejemplo entre los seres humanos?. Tendríamos que
ser tan nobles y sinceros como lo son ya ahora Sultán y Micifuz. Y como así
ocurrió, ahora se lo está contando a sus queridos niños y mayores…
El abuelito Valentín.
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