sábado, 6 de octubre de 2012

UN ANGEL DE CUATRO PATAS



UN ANGEL DE CUATRO PATAS

En la sala de espera, de aquella Clínica, tres personas adultas, y dos niños, esperaban impacientes que alguien les informase cómo se encontraba quién estaban atendiendo.
Pero… no penséis que aquella era una Clínica para personas…¡ qué va!. Era la nueva Clínica Veterinaria, donde estaban atendiendo a un “personaje” que, a partir de aquél momento, sería el más querido por todos los vecinos de aquél lindo pueblo. ¿ Qué había sucedido?.  ¡¡ Algo maravilloso!!.
Desde que el tráfico había sido desviado por la nueva Autopista….la antigua carretera ( ahora, casi sin tráfico), era utilizada por los vecinos, como un cómodo paseo.
Nuestro amigo Manuel (un cariñoso, y simpático viejecito), todas las tardes, solía pasear por allí…disfrutando de la Naturaleza- y también, buscando un poco de compañía para mitigar su soledad. Y cuando menos lo esperaba, una feliz tarde, encontró una agradable compañía.
Se acercó a él un perro grandote-el cuál, sin duda había sido abandonado- y andaba por allí buscando un poco de cariño, y también que le diese algo de comer. Manuel, que adoraba a los animales, todos los días guardaba algo de su comida para su nuevo amigo,-junto al cual paseaba-todas las tardes. Y una de aquellas tardes.¡ Ocurrió algo maravilloso!.
Cuando estaban paseando,-de pronto- el perro saltó con fuerza sobre la espalda de Manuel, haciéndole casi caer de bruces en la cuneta..Pero, al mismo tiempo se escuchó un frenazo, un golpe, y un lastimero aullido…¡para salvar a Manuel el perro  había sido atropellado!.
Mientras un asustado matrimonio atendía a Manuel…dos niños, acariciaban llorando al pobre perro-el cual- fue llevado rápidamente a la Clínica ya mencionada. Al rato de impaciente espera salió ¡nuestro héroe!, con, una pata entablillada, y unos mechones de pelo cortados para quitarle unos trozos de cristal de uno de los faros, que se había roto con el topetazo.
Al poco tiempo, se ve de nuevo a nuestros amigos pasear por la vieja carretera.
Manuel, dice ¡ muy ufano!, que su Ángel de la Guarda es diferente a los otros Ángeles, ya que esos sólo tienen dos alas, pero el suyo además tiene ¡cuatro patas!.
Manuel, ya no vive solo, ahora le hace feliz compañía..¡¡su Ángel de cuatro patas!!.
Y cómo así ocurrió, ahora se lo cuenta a sus queridos niños…
El abuelito Valentín
Y colorín colorado, éste cuento,¿ Os ha gustado?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario