sábado, 6 de octubre de 2012

EL LLANTO DE LA LATA



EL LLANTO DE LA LATA

La pobre lata lloraba desconsoladamente en aquel vertedero, al cual había sido arrojada por alguna mano inexperta sobre la recogida de los residuos domésticos. En aquél traquetean te camión había trasladada al sitio más inadecuado. Pero su llanto no era de soledad, ¡qué va!...otras muchas más habían seguido el mismo camino. Cuando llegó la noche sintió miedo y asco, una rata grande y peluda metía su hocico en ella, buscando algo de su anterior contenido. Aquel triste final distaba mucho de ser lo que había deseado para sí misma. Temía que algún camión volcase sobre ella alguna capa de basura, y que  poco a poco la corrosión diera fin a su ilusión de volver a ser útil. Cuando ya desesperaba de poder cumplir su noble deseo, sintió que una mano amiga la levantaba del suelo , y la depositaba en un saco, junto a otras muchas más, y algunos trozos de metal que también habían ido a parar allí de forma inadecuada. Su ilusión de ser de nuevo útil volvía a renacer.
Sus compañeras (y ella misma) identificaron el lugar, al  que habían sido llevadas cómo una chatarrería. Así era  en efecto. Formando parte de un gran montón fue llevada a lo que sería  su ¡gran destino!, una fundición. Mientras aguardaban allí, cambiaban impresiones entre todas sobre en qué serian convertidas cada una de ellas. ¡ y llegó el gran día!. Volvían de nuevo, a ser materia prima lista para ser de nuevo utilizada en beneficio de los demás
Nuestra querida lata es ¡inmensamente feliz…¿sabéis  porque?...Ahora es la pieza principal en el juguete de un niño!.
Cómo podéis ver…una simple latita (si la utilizamos bien) puede ser fundamental para hacer la felicidad de un niño.
Y como así ocurrió ahora se lo cuenta a sus queridos niños.
El abuelito Valentín.
Y colorín colorado…este cuento, ¿os ha gustado?.

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